LA NUEVA PELÍCULA DEL DIRECTOR CHINO WAN GUAN’N ES EL REVERSO REAL DE LA COREANA “PARÁSITOS”.
EL HUEVO DEL DINOSAURIO (ÖNDÖG)
Dirección: Wang Quan’n.
Intérpretes: Dulamjav Enkhtaivan, Aorigeletu, Norovsambuu, Gangtemuer Arild.
Género: Drama mongol sangriento y salvaje de verdad.
País: Mongolia, 2019.
Duración: 100 minutos.

La actriz Dulamjav Enkhtaivan mimetizándose con el entorno. Foto: elcultura.es.
En estos días que rodean al 8 de marzo, Día de la Mujer (Trabajadora) coinciden en las pantallas madrileñas varias películas con acento femenino, que tratan problemas de la mujer y que están, en muchas ocasiones, dirigidas por mujeres. Hoy vamos a hablar de esta buena y extraña película llamada ÖNDÖG (El huevo del dinosaurio).

Cartel internacional de la película. Foto: filmaffinity.com
El cine asiático de verdad está caracterizado por un tratamiento del tiempo al que en el mundo occidental no estamos acostumbrados. Bien es cierto que las películas que nos llegan de aquel lejano continente suelen estar edulcoraras, con un sentido del ritmo adecuado al modo del “primer mundo”, aunque no dejan de ser singulares.
Este ÖNDÖG, del director Wang Quan’n, habla sobre una mujer mongola, Dulamjav Enkhtaivan, que vive en la estepa del Asia Central cuidando un rebaño de ovejas como pastora. Una noche, en medio de la estepa, unos paisanos en coche encuentran el cuerpo de una mujer muerta completamente desnuda. Claro, llaman a la policía. La policía llega, hace fotos al cadáver y tienen que esperar al lavamiento del cuerpo. Al cuidado de este se queda el policía más joven, completamente solo en medio del frío. Para que no esté desamparado, llaman a la pastora, armada con un camello y un fusil, para que cuide del joven (y el cadáver) y lo aleje de los lobos circundantes.

La protagonista del filme, Dulamjav Enkhtaivan, no se anda con chiquitas. Foto: okdiario.com.
Entonces es cuando comienza el argumento central del filme. La pastora acompaña al jovencito, le da de beber y de fumar por primera vez. Ambos pasan la noche al lado de un fuego y cobijados por el camello, para poder guarecerse del frío. Entonces, pasarán cosas.

Dulamjav Enkhtaivan (centro) y otros protagonistas del filme en la Bernilane de 2019 con trajes típicos de Mongolia. Al tipo de la izquierda se la suda todo. Foto: eladelantado.com.
Rodada con cuidado, con unos planos larguísimos donde parece que no pasa nada (y pasa de todo), la película es exigente en cuanto que no nos lo da todo hecho y tenemos nosotros que poner de nuestra pare e intentar averiguar qué demonios de historia nos está contando el director. La mujer protagonista es una persona fuerte, que no se amilana por nada, es dueña de su propia vida, hace lo que quiere y toma lo que quiere y los hombres, para ella, no son sino un mero entretenimiento. Su visión de la vida, el amor, el sexo e, incluso, el aborto, es algo que nos dejará atónitas.
También conviene resaltar el peculiar sentido que se tiene en Mongolia sobre el sexo y el erotismo. El director Wang Quan’n no duda en mostrarnos a la claras el despellejamiento en vivo y en directo de un cordero mas, sin embargo, al mostrar la espalda desnuda de la protagonista, pixela la imagen para que no se vea dicha desnudez.
En fin, formas de entender la vida y el cine. Lo cierto es que Öndög no dejará indiferente a casi nadie. Su hora y media de metraje nos enseña a las claras cómo es la vida en el rural mongol, donde aún calientan la leche recién ordeñada en un cacharro en el fuego de leña pero que, sin embargo, se comunican entre ellos por el móvil.
Una buena y valiente película. Esto no es “Parásitos”, te avisamos, y puede que salgas con el estómago revuelto. En el cine una señora vomitó, y con eso te lo decimos todo.