Se quejaba la crítica de arte Bea Espejo, en uno de los últimos números de la revista Babelia del diario El País, de la, una vez más, poca presencia de mujeres en las exposiciones. Espejo también informaba de que solo cuatro de los veinte museos y centros más importantes de España cumplían con la Ley de Igualdad de 2007. Efectivamente, el centro Caixaforum de La Laguna (Tenerife) jamás estará entre esos importantes veinte centros que nombra la autora en relación de lo mejor del año en el periódico citado, pero es llamativo que haya pasado por alto la magnífica muestra “12”, dedicada a una de las primeras exposiciones de solo mujeres celebrada en España.
Esta magnífica exhibición hace eco de la que fue, en 1965, la segunda exposición dedicada a mujeres artistas en España, celebrada en el Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife y que, esta vez, se puede ver, a la manera de aquella, en la Fundación Caixaforum de La Laguna (Tenerife). Las artistas son Eva Fernández (1911-2005) y María Belén Morales (1928-2016) en Tenerife; y Lola Massieu (1921-2002), Jane Millares (1928) y Manón Ramos (1927), en Gran Canaria. Birgitta Bergh (1937) (Finlandia), Quita Brodhead (1901-2002) (EEUU), Celia Ferreiro (1932) (Jaén), Vicki Penfol (1918-2013) (Polonia), Carla Prina (1912-2008) (Italia), Tanja Tamvelius (1901-1969) (Suecia) y Maud Westerdahl (1921 – 1991) (Francia).

JANE MILLARES SALL: “El diálogo entre las razas”, 1965. Técnica mixta sobre lienzo.
Dado que tuve la oportunidad de ir estas últimas Navidades a Tenerife, tuve el placer de encontrarme con esta bien medida exposición en la sala de la Fundación Caixaforum, en la lagunera Plaza del Adelantado. Fui justo el día en el que un vociferante espectáculo de Navidad ocurría en aquella plaza, mas esto no fue óbice para que yo pudiera disfrutar, de manera prominente, de tan estupenda exhibición.
Repartida en dos plantas, la muestra recupera buena parte de las obras que en aquella ocasión, 1965, se pudieron ver, y que tuvo que ser todo un atrevimiento, no solo para la, según me dicen los lugareños que en aquel momento sí asitieron, vetusta sociedad tinerfeña de los años sesenta, sino para todos los artistas masculinos que en aquellos años, cómo no, dominaban, según me han contado, la vida artística de la época.

CELIA FERREIRO: “Boda de Carnaval”, sin fecha. Cera sobre cartón.
El cuadro que citamos arriba, es de una de estas autoras, Celia Ferreiro, con claras referencias a Marc Chagall. Aunque los novios no estén volando ni se encuentren rodeados de animales flotantes en Vítebsk. Es una de las mejores obras que se pueden encontrar en esta exposición “12”, donde sorprende la imaginaría e inventiva de estas mujeres, que eran absolutamente modernas. Por ejemplo, esta obra que ponemos más abajo, de Eva Fernández, según me cuentan recuerda mucho a la portada de un disco un grupo moderno de rock, The Cure.

EVA FERNÁNDEZ: “Blanco, rojo y verde”, 1961. Óleo sobre lienzo.
La exposición cuenta con pintura, esculturas, joyas, abundante documentación y un audiovisual que informa de cómo se hizo esta exhibición, en 1965, y también con el relato de las participantes en aquella ocasión. Precisamente una de las esculturas más interesantes es esta de María Belén Morales, “Mujer flagelada”, de contundente presencia y que tuvo que ser, como decimos, una extrañeza para la época.

MARÍA BELÉN MORALES: “Mujer flagelada”, 1965. Piedra artificial.
“12” tuvo eco en los periódicos locales y yo recuerdo haber leído algo sobre eso, pero las noticias que venían de Canarias eran siempre difusas. A no ser que pasara algún desastre o que hubiera ocurrido alguna hecatombe, el archipiélago siempre estaba en silencio. Pocos eran los periódicos o revistas que se recibián de Canarias en Madrid y, los que se podían encontrar, siempre llegaban tarde y mal. Quizás por eso, por ser de Canarias, y por ser realmente la segunda retrospectiva dedicada a mujeres contemporáneas, el seguimiento nacional fue bastante justito.
Les dejo con mi obra favorita de esta exposición, un autorretrato de Manón Ramos, desando pronto estar de nuevo con ustedes. Estas últimas semanas he estado un poco malo y, desoyendo las indicaciones del médico, me he atrevido a escribir sobre esta bonita, magnífica y valiente exposición.
Agradezco a mi sobrino Alejandro las fotos que ha hecho y el que me haya ayudado a trasladar este artículo a esta dichosa máquina llamada computadora.
Gracias a todos y un saludo.

MANÓN RAMOS: “Autorretrato”, 1955. Óleo sobe tabla.